1 Samuel 18:7,8. “Las mujeres cantaban mientras tocaban, y decían: Saúl ha matado a sus miles, y David a sus diez miles. Entonces Saúl se enfureció, pues este dicho le desagradó,…”
Mucha gente se pasa la vida tratando de imitar a otros, en su manera de vivir, vestir, hablar, para ser mejor. Esto se convierte en una lucha frustrante para ellos, pues siempre hay gente mejor que nosotros, con más recursos, belleza, dones, inteligencia, Etc. Estar mirando a otros lleva a competir, aunque los demás ni se dan cuenta de esto. En esta competencia siempre se está perdiendo, lo que provoca frustración, envidia, y se trata de hacer más cosas para vencerlos en una lucha sin fin. Esta actitud nos revela un problema serio de “autoestima”, que es la valoración que hacemos nosotros mismos de nuestra vida. Al valorarnos menos, buscamos ser aceptados, haciendo cosas y tomando acciones aún en contra de uno mismo, al final la frustración nos enferma, dañando la calidad de vida personal, matrimonial y familiar. Qué triste es esto.
Al leer el pasaje, vemos que eso fue lo que le pasó al rey Saúl, un problema de autoestima que lo enfermó y lo llevó a alejarse de Dios, se llenó de odio por David, lo que contribuyó a ser desechado por Dios. Por otro lado, es importante ver cuánto tiempo se pierde tratando de aparentar, imitar, estar compitiendo y sobretodo que se pierde el verdadero propósito para el que fuiste creado, para ser alguien en la vida.
Tu eres un ser único, con grandes dones y habilidades, y por estar pensando en imitar o ser como otro, pierdes el tiempo para desarrollar los dones y habilidades con los que has sido dotado, y que te harán vivir una vida plena. Porque cuando caminados ejerciendo y desarrollado nuestras habilidades y dones viviremos vidas emocionantes, nos realizamos, y lo contrario ocurre cuando imitamos a otros.
El rey Saúl aparece en la historia como el primer rey de Israel que debió hacer grandes cosas porque tenía el apoyo de Dios mismo, así mismo, usted tiene grandes cosas por hacer, enfóquese en hacerlas, porque usted tiene un propósito para vivir. No se desgaste siendo lo que no es.
Que Dios te ayude en todo lo que emprendas hoy.
Dr. Miguel e Irene Garita
Cuidado Familiar, Iglesia del Nazareno, Región Mesoamérica