Por:  Marlen E. Soria.

En años recientes, el flujo migratorio ha crecido en países al rededor del mundo. No es más un secreto que los Estados Unidos es el único país enfrentando esta situacion, pero que a pesar de ello es todavia uno de los países con uno de los flujos migratorios más fuerte que existe. Que se espera alcanzar por medio de este artículo? Y cuáles son la causa y efecto que la migración está teniedo en los inmigrantes? Están países, como Estados Unidos y otros países en Latinoamérica preparados para enfrentar esta situación? En este artículo buscamos enfocarnos en las causas o en la relación que existe entre el alto nivel de estrés que los inmigrantes (incluídos los niños) manejan; con la depresión y ansiedad y la conexión del problema con el limitado apoyo y recursos que las diferentes entidades ofrece a los grupos migratorios. Esperamos que sea de mucha ayuda para todo el que lo lea y, en especial para aquellos que puedan estar enfrentando un proceso de aculturización.

Aculturizarse, puede ser complicado; en especial para los niños. Podría llevarles a enfrentar muchas formas de estrés, incluyendo el “estrés por aculturización.” Esto aumenta debido a la tensión de adaptarse a un nuevo ambiente cultural mientras se mantiene la conexión con la identidad cultural de nacimiento. Este tipo de estrés es enfrentado entre la población infantil y grupos minoritarios y está relacionado con las consecuencias en la salud y, en especial la salud mental, específicamente, la depresión.

Diversos trabajadores sociales deberían comprometerse a hacer en el future, investigaciones que encuentren la relación que existe entre el proceso de aculturizarse y la salud mental y el impacto que esto tiene en el bienestar de los niños. Uno de los retos que este proceso enfrenta es la presión a ajustarse a una nueva cultura, mientras se intenta mantener lazos fuertes con la cultura e identidad principal de los niños. Esto hace que incremente el riesgo de problemas con la salud mental entre ellos.

Es crucial desarrollar apoyo y promover la salud mental y el bienestar de los inmigrantes, especialmente de los niños, algunos de los estudios realizados han proporcionado datos sobre el tema; uno de esos estudios es «Problemas emocionales y conductuales en niños y adolescentes migrantes en países americanos: una revisión sistemática».

Este estudio se llevó a cabo entre 2009 y 2013 entre niños y adolescentes migrantes, y su objetivo era estudiar el estado de salud actual de cada uno de ellos. La mayoría de estos estudios se realizaron en los Estados Unidos y Canadá. Aunque el factor migratorio no fue un factor de riesgo en términos de depresión en estos grupos, sí representa un factor de riesgo para los niños migrantes de segunda generación y especialmente para los grupos de origen asiático. Entre los grupos familiares, uno de los riesgos es desarrollar altos niveles de estrés debido a la aculturación y la baja competencia lingüística, así como discrepancias entre padres e hijos debido a las diferencias culturales.

Otro artículo que apoya la importancia de cuidar la salud mental de los niños y las personas en general, que están lidiando con el estrés por aculturación es «Estrés aculturativo entre inmigrantes latinos documentados y no documentados en los Estados Unidos». Este artículo aborda tres desafíos principales que presentan los inmigrantes (separación de la familia, pérdida de tradiciones y dificultades lingüísticas). Estos aumentaron la carga de estrés en los inmigrantes cuando, después de 1996, la ley anti-inmigrante se volvió más severa. A esto se añade el temor que sienten las familias no documentadas de ser separadas por medio de la deportación. Es crucial enfatizar el temor que existe entre los niños de perder a sus padres debido a la deportación.

Muchos niños temen que, cuando regresen de la escuela, sus padres ya no estén en casa o que salgan a trabajar y no regresen. Este miedo es un estrés que ningún niño merece experimentar. Todo niño merece estar seguro de que su mamá, papá y hermanos siempre estarán en casa esperándolos. Pero, lamentablemente, este miedo se está volviendo cada vez más latente entre las familias no documentadas.

Entonces, entender la relación entre el estrés de aculturación y la depresión entre los inmigrantes, especialmente los niños, es crucial para el trabajo social por las siguientes razones:

  1. Un trabajador social es vital para ayudar a individuos o familias que enfrentan desafíos de salud mental y proporcionar apoyo mediante intervenciones. Algunas de las intervenciones que un trabajador social puede ofrecer son el asesoramiento, la psicoeducación, el apoyo grupal y la derivación a un profesional de la salud mental.
  2. Un trabajador social generalmente sabe cómo conectar a los clientes con diferentes contextos culturales y cómo esta conexión puede afectar la salud mental de los clientes. Por eso, puede ofrecer estrategias para superar estos desafíos. Los trabajadores sociales suelen tener empatía y respeto por los procesos de sus clientes y brindarles el apoyo práctico que cada migrante necesita como individuo y como familia.
  3. Un trabajador social sabe que el estrés aculturativo puede tener consecuencias en el rendimiento académico de un niño, sus relaciones sociales y su calidad de vida en general, lo que puede llevar a desafíos de salud mental a largo plazo y consecuencias negativas, como el fracaso académico, el abuso de sustancias e incluso, en casos peores, el suicidio. Los trabajadores sociales pueden identificar y manejar estos riesgos de manera temprana, proporcionando el apoyo necesario para mitigar las consecuencias y promover la resiliencia en los pacientes, así como estrategias para afrontar cada uno de los desafíos.
  4. Uno de los principales trabajos de los trabajadores sociales es intervenir e investigar políticas que protejan a las minorías, abogar por el conocimiento y el cambio, informar sobre nuevas prácticas y promover cambios sociales. Son personas ideales para apoyar e intervenir en el desarrollo de programas que respondan a las necesidades, un currículo que capacite y actividades que reduzcan el estrés que causa la aculturación, promoviendo así la equidad en la salud mental para todos, especialmente para los niños.

La relación entre el estrés, la depresión y la aculturación entre los inmigrantes, especialmente los niños, ha atraído la atención de trabajadores sociales y psicólogos porque representa un desafío a nivel psicosocial, social y cultural que enfrentan las personas cuando se adaptan a un nuevo entorno cultural. Este cambio cultural representa un choque entre valores, costumbres, normas, expectativas y lo que se espera de la nueva cultura. La depresión, por otro lado, es la consecuencia experimentada debido a este cambio, ya que este estrés provoca sentimientos prolongados de tristeza, desesperanza, soledad, miedo, lucha constante, temor y pérdida, entre otros, en el individuo. El modelo de aculturación de Berry (1980) explica todo el proceso de cambio de un individuo. Entre ellos está el proceso de «asimilación», que ocurre cuando un individuo adopta la nueva norma cultural sobre su propia cultura; seguido del proceso de «separación», en el que el individuo rechaza la nueva cultura para preservar la cultura de origen. La tercera etapa es la «integración», que permite al individuo adoptar las normas culturales de la nueva cultura mientras mantiene las suyas propias, lo que también se conoce como biculturalismo. La última etapa es la «marginación», que ocurre cuando el individuo rechaza ambas culturas.

Como se mencionó al principio de este estudio, existen varios factores de estrés que un inmigrante enfrenta, lo que lleva a las personas a acumular altos niveles de estrés en su sistema hasta que se deprimen. En el estudio realizado por Suarez-Orozco y Qin (2006), se descubrió que los adolescentes latinos que habían experimentado altos niveles de estrés debido a la aculturación tenían más probabilidades de presentar síntomas de depresión que el resto de sus compañeros. La depresión es ahora una preocupación considerable entre los grupos de inmigrantes, especialmente los niños; la mayoría de ellos tiene desventajas socioeconómicas, enfrenta discriminación, pocas oportunidades, etc., lo que hace que el grupo minoritario sea más propenso y vulnerable a la depresión.

La literatura aborda la relación entre el estrés de aculturación entre los migrantes y los niños migrantes y la depresión, comprendiendo el contexto de cada factor y cómo los trabajadores sociales y otros profesionales pueden desarrollar intervenciones que sensibilicen culturalmente a las personas. Brindarles apoyo y ofrecer servicios que promuevan el bienestar integral de los inmigrantes les ayuda a enfrentar cada desafío y los cambios presentes. Entonces, ¿cuál podría ser la naturaleza de la relación entre el estrés de aculturación y la depresión en los niños inmigrantes? La relación podría ser los altos niveles de estrés experimentados mientras se adaptan a una nueva cultura. ¿Cuáles podrían ser los factores que ayudan a mediar e influir positivamente en la relación entre el estrés de aculturación y la depresión en los niños inmigrantes? Estos factores podrían ser el apoyo social, la construcción de una identidad cultural fuerte y estrategias que ayuden a minimizar la tensión entre el estrés de aculturación y la depresión.

Este estudio de investigación está dirigido principalmente a personas que enfrentan un proceso de estrés debido a la aculturación a una cultura diferente. El enfoque será principalmente en los niños. Algunos de los desafíos que los adultos pueden enfrentar en el proceso de aculturación son la barrera del idioma, las nuevas normas sociales que son ajenas a las personas, los desafíos económicos que puede causar salir de la zona de confort y adaptarse a un sistema de vida completamente diferente al que estaban acostumbrados. Todo el estrés generado por este nuevo estilo de vida puede llevar a procesos de ansiedad y depresión, sentimientos de aislamiento y la dificultad de formar nuevos círculos sociales. Esto se combina con la presión de proteger y preservar la cultura de identidad mientras se adapta a la nueva. Todo esto conduce a conflictos internos en la persona y contribuye a síntomas extremos de estrés, ansiedad y depresión.

Es imperativo mencionar que los adultos no son los únicos que enfrentan esta situación durante la aculturación. Los niños también experimentan este proceso directamente al navegar entre dos o incluso más culturas diferentes a la suya; por ejemplo, la cultura de sus padres y, si hay un tercer cambio, una nueva cultura distinta a la de sus padres y la suya, esto ocurre en los niños de la tercera cultura. Todo esto puede llevarlos a tener luchas y conflictos de identidad, y aumentar su nivel de estrés al enfrentarse a nuevos idiomas, la presión de sus compañeros para adaptarse a nuevas normas sociales y la sensación de no pertenecer dentro de la nueva cultura. Esto impacta directamente en su vida emocional, su rendimiento académico y las relaciones sociales que mantienen.

Las variables que se observarán, medirán y analizarán están principalmente relacionadas con el estrés y la cultura. El enfoque principal es el estrés de aculturación, que incluye la barrera del idioma, la discriminación, las dificultades de ajuste cultural y los conflictos entre preservar la cultura de origen y adaptarse a la nueva. La variable de identidad cultural mide la identificación del individuo con su herencia cultural frente a las expectativas de la nueva cultura. La variable social evalúa la efectividad del apoyo familiar, de amigos y de la comunidad en el afrontamiento del estrés de aculturación. Estos instrumentos son cruciales para comprender el impacto de la aculturación en los individuos.

Las preguntas que los profesionales hacen en los cuestionarios ayudan a medir la escala de adaptación y cómo los individuos perciben la discriminación o el nivel de estrés que enfrentan al ingresar a una nueva cultura. Dado que necesitamos observar el nivel de estrés del individuo, podemos utilizar la confiabilidad de consistencia interna como la medida que se utiliza en la investigación.

La validez convergente es el tipo de validez con la que podemos medir la relación entre el estrés y la depresión en el proceso de aculturación en inmigrantes, incluidos los niños, ya que mide todos los factores que conducen a este problema, como la adaptación a la nueva cultura, las barreras lingüísticas, la discriminación, el poco apoyo social y los conflictos adquiridos al ingresar a una nueva cultura. Todos estos factores contribuyen al estrés psicológico y aumentan la posibilidad de sufrir depresión. La Escala de Comportamientos de Estilo de Vida Saludable (HLBS) es una buena medida de validez para esta población, ya que demostraría la relación entre todos estos factores y el comportamiento de la población estudiada.

Los pasos a seguir en este estudio son establecer contacto con entidades dentro de la comunidad, ya sean escuelas o grupos que apoyen a inmigrantes, para acceder a recursos relevantes sobre el tema y obtener apoyo para reclutar participantes. Además, se debe tener directrices éticas y la aprobación de los participantes para utilizar su información. También es necesario contar con un plan de reclutamiento de participantes y asegurarse de que el material explique claramente el propósito del estudio y que la participación sea voluntaria, confidencial y con fines educativos e informativos. El diseño de las preguntas debe incluir una forma válida de medir la relación entre el estrés y el proceso de aculturación, seguir un proceso de recopilación de datos mediante procesos estadísticos y una interpretación precisa de los resultados. Si se siguen estos pasos, los futuros investigadores podrán replicar el estudio, asegurando que hubo validación y confiabilidad en el proceso de investigación del estrés por aculturación y la depresión en adultos y niños.

Se puede utilizar la regresión múltiple para examinar la relación entre el estrés por aculturación y la depresión, considerando factores como la edad, el género, el estatus socioeconómico y el nivel de apoyo social. Los resultados deben interpretarse posteriormente.

Resultados Esperados:
Se espera que los resultados obtenidos de este estudio confirmen que la relación entre el estrés generado por adoptar una nueva cultura resultará en un aumento de la depresión, ya que enfrentarse a todos los factores que se desencadenan al mudarse a una nueva cultura conlleva el riesgo de sufrir depresión. Estos síntomas pueden verse influenciados por otros factores como el apoyo social, las estrategias de afrontamiento, la identidad cultural y la resiliencia de cada persona. Es decir, las personas que cuentan con una red de apoyo social fuerte y positiva tendrán mecanismos de afrontamiento más efectivos que aquellas que carecen de una red de apoyo, y por lo tanto, estarán en mayor riesgo de tener una salud mental deficiente.

También se espera verificar que las diferencias demográficas tienen un gran impacto en este tema; la edad y el género de la persona, así como el estatus con el cual emigraron, son factores que incrementan el riesgo. Por eso, los niños enfrentan este problema de manera diferente que los adultos, y el impacto de la aculturación sobre el estrés puede variar según la edad de cada persona. Los factores culturales influyen considerablemente en cómo se experimenta el estrés por aculturación y afectan directamente la depresión.

Factores como los valores culturales, la identidad étnica y las estrategias utilizadas para aculturarse moldean al individuo y crean en él una forma única de responder al estrés por aculturación y al nivel de susceptibilidad a la depresión. Por eso, también se espera que a través de este estudio se logre obtener más conocimiento sobre las intervenciones de los trabajadores sociales respecto a este tema. Comprender con precisión la relación entre el estrés por aculturación y la depresión puede permitir la creación de recursos y programas que intervengan en la salud mental de los inmigrantes. Es por esto que se afirma que los resultados esperados deben servir para comprender a fondo el papel que juega el estrés en un inmigrante y el riesgo de caer en depresión. Promover la salud mental y el bienestar integral de los inmigrantes debe ser uno de los principales objetivos de este estudio.

A manera de conclusion, resumimos los puntos esenciales de esta investigación, este estudio debería ayudarnos a entender la relación entre el estrés por aculturación y la depresión y proporcionar conocimiento valioso para desarrollar intervenciones dirigidas a apoyar la salud mental y el bienestar de los inmigrantes, incluidos niños y adultos. A través de una gestión adecuada y una intervención oportuna, el impacto de este estrés en los migrantes puede reducirse y se puede promover la resiliencia, ayudando a superar y mejorar la calidad de vida en diferentes comunidades.

Una intervención oportuna durante el proceso de adaptación a una nueva cultura, a través de terapias y asesoramiento, incide en el proceso de reducción del estrés en el inmigrante y le da la posibilidad de gestionar su proceso de duelo y adaptación, construyendo redes de apoyo para él y su familia, enfocándose en construir carácter durante un proceso intenso y posteriormente ayudando a otros que están pasando por la misma situación.

Este estudio demuestra que, en su mayoría, el inmigrante enfrentará este proceso debido al factor de apego que todos desarrollamos hacia la cultura en la que nacimos y lo difícil que es dejar la zona de confort en donde todo es conocido y el cual es un ambiente al cual no tuvimos que adaptarnos, porque aprendimos a convivir a través de nuestro entorno. Este estudio muestra que el apoyo social es vital para construir estrategias de afrontamiento y una nueva identidad cultural sin perder la principal.

También se ha comprobado que los datos demográficos son cruciales para entender cada caso, ya que los casos siempre serán diferentes. Considerar la edad, el género, el estatus socioeconómico y otros factores es vital para entender cada caso y proporcionar el apoyo necesario. Cada persona, incluidos los niños, necesitará intervenciones únicas y diferentes para ayudarle a superar su caso, y entender que los factores culturales jugarán un papel importante en la formación de un nuevo individuo debe darnos sensibilidad y guiarnos a intervenir de manera respetuosa, considerando los valores culturales, creencias, prácticas y formas de pensar de todos.

Esto también nos dará las pautas para encontrar y desarrollar las intervenciones necesarias y correctas para cada caso, ayudando así a reducir el estrés que cada individuo maneja al ingresar a una nueva cultura y enfocándose en promover el apoyo social y el desarrollo de herramientas mientras se adapta, construyendo un nuevo concepto cultural sin perder el propio y guiando a cada persona hacia una salud integral, que tenga en cuenta la salud emocional y social.

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