“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Génesis 2:18-24
Si analizamos el relato, también nos lleva a comprender la esencia de lo que Dios quería que fuera el matrimonio. Lo primero, es un Dios relacional y por lo tanto desea que el hombre viva también en una relación, el matrimonio, así como la familia, se establecen de esta manera sobre una relación, constituyéndose en un vínculo, que es para toda la vida. Además cuando hablamos de vínculos, tenemos que definirlo como una unión interna, producida entre el hombre y la mujer, que los lleva no solo a estar unidos por un matrimonio, sino que es algo más profundo, ya que la unidad nace de un conocerse, de estar unidos por un sentimiento, en el cual cada uno profundiza el conocimiento del otro, cuando ambos se muestran como son, con sus virtudes, defectos, áreas buenas y malas, aceptándose tal y cual son. Esto establece el vínculo, el cual crece con el amor incondicional de uno por el otro. Por otro lado esta relación y vínculo es de dos personas en igualdad de condiciones, según dice el relato, que el hombre y la mujer, en esencia están constituidos iguales, pero con funciones diferentes, Adán dice ahora te llamaré ¨varona¨, reconociendo la igualdad, pero haciendo la diferenciación entre ellos. Esto también tiene grandes repercusiones ahora, porque de esta manera el Creador establece que el matrimonio es la unión de dos personas de condición sexual diferente, lo reafirma también cuando indica que el hombre dejará a su familia y se unirá a su mujer para formar una nueva identidad. Lo cual refuta de manera firme, absoluta, que no pueden constituirse matrimonios de un solo sexo. Dios así no permite ningún tipo de unión, aunque en el tiempo que vivimos, oímos y vemos cómo estos matrimonios son aprobados, impulsados por leyes, que son hechas por los que ostentan el poder en los países. El cristiano no puede aceptar desde la perspectiva Bíblica esta unión. Aunque somos llamados a respetar las leyes del país, nuestras creencias no nos permiten aceptar lo que Dios rechazó desde el principio del mundo.
Con gran dolor hemos sido testigos de una noticia, que nos muestra más la decadencia espiritual de los Estados Unidos de América, anunciada por su presidente, quien promulga la noticia de legalidad de matrimonios del mismo sexo, el MINISTERIO DE CUIDADO FAMILIAR DE LA IGLESIA DEL NAZARENO, LEVANTAMOS NUESTRA VOZ EN FAVOR DE MANTENER COMO CRISTIANOS, LOS VALORES DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA, COMO ESTIPULA LA PALABRA DE DIOS, A QUIEN DECIMOS, A ÉL SEA LA GLORIA Y LA HONRA POR LA ETERNIDAD.
Por: Dr. Miguel e Irene Garita, Ministerio Cuidado Familiar, Región Mesoamérica, Iglesia del Nazareno