El martes 6 de octubre aproximadamente a las 7:15 de la noche las personas de la comunidad de San Marcos la laguna, en Sololá, Guatemala, escucharon fuertes estruendos, sin imaginar que esto estaba siendo provocado por un desprendimiento de rocas en lo alto de la montaña. Estas, tras varios días de fuertes lluvias se desprendieron y cayeron a gran velocidad, provocando el fallecimiento de 4 personas y la destrucción total de 5 casas y daños en otras, incluyendo una Iglesia del Nazareno de la comunidad.
“Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos” dijeron los pobladores. Unos cenaban con sus familias, y otros se preparaban para asistir a la reunión de la Iglesia del Nazareno, programada a las 7:30 de la noche.
Al caer las rocas a gran velocidad, pasaron destruyendo todo lo que había en su camino, árboles y casas. El final de su recorrido fue sobre 5 casas de la comunidad que quedaron totalmente destruidas. Cuatro personas fallecieron, y otras 10 sufrieron heridas y fueron llevadas al hospital más cercano. Durante la noche, y el día siguiente, las autoridades evacuaron a unas 60 familias.
La infraestructura de algunas casas sufrió daños importantes, incluyendo el templo de la Iglesia del Nazareno, sin embargo, el pastor y su familia se encuentran bien y no sufrieron ningún daño. “Una piedra de gran dimensión entró por una pared del templo recorriéndolo todo y rebotando unas dos veces hasta caer y destruir otra pared, luego se detuvo justo en la orilla antes de llegar a la casa pastoral” Dijo Dámaris Kellogg, coordinadora de Ministerios Nazarenos de Compasión, MNC, quien acudió al lugar el día siguiente. Además, agregó: “El poder protector de Dios detuvo esa piedra para que no siguiera rodando y cayera dentro de la casa pastoral”.
También, dio gracias al Señor por cuidar de la congregación entera, ya que se reunirían a las 7:30 de la noche, minutos después que cayó la piedra.
Damaris Kellogg acudió al lugar en compañía del Coordinador de Trabajo y Testimonio Roger Kellogg, para evaluar los daños y llevar ayuda inmediata a los damnificados. MNC proveyó 100 kits de emergencia y 50 kits para niños que incluye una merienda, un libro para colorear, crayones y un pequeño juguete. Algunos miembros de la congregación estuvieron presentes durante la visita con quienes tomaron un tiempo para dar gracias a Dios por guardar sus vidas.
Los ministerios han planificado participar en la limpieza y reconstrucción del templo. Aunque por el momento la zona ha sido marcada por las autoridades como zona roja o en peligro. “Oramos para que ya no ocurra otro deslave en esa región, así como también oramos por las familias que perdieron a sus seres queridos, y por las demás familias que han entrado en una crisis nerviosa por lo sucedido”. Dijo Kellogg.
Fuente: Damaris Kellogg, Coordinadora de MNC Área Norcentral.