La inteligencia trascendental es la capacidad de conectarse con lo divino, también llamado lo espiritual o lo trascendental. Esta inteligencia va más allá de las habilidades cognitivas y emocionales, y se relaciona con la búsqueda de significado, propósito y conexión con algo más grande que uno mismo. La inteligencia trascendental, así como la cognitiva o intelectual y la emocional, pueden ser estimuladas con técnicas para conectar a los niños con Dios, con ellos mismos y los demás. Por ello se debe enfatizar la creación de ambientes dentro de la iglesia y el hogar para estimular con la guianza del Espíritu Santo, la inteligencia trascendental como la base sobre la cual los niños tomen decisiones asertivas.

Las inteligencias y su importancia en el aprendizaje

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Proverbios 22:6

Los primeros años de vida son cruciales, ya que constituyen una etapa caracterizada por un rápido desarrollo en los ámbitos espiritual, físico, mental, social y emocional. La educación integral de los niños y niñas debe considerar componentes pedagógicos y neurológicos, incluyendo las distintas inteligencias.

Actualmente, se reconoce la relevancia de tres tipos principales de inteligencia:

  • Inteligencia Cognitiva:
    • Esta capacidad permite adquirir, procesar y comprender información. Es fundamental para el aprendizaje académico y la resolución de problemas.
  • Inteligencia Emocional:
    • Reconocer, comprender y regular nuestras propias emociones, así como la capacidad de empatizar con las emociones de los demás, es esencial para las relaciones interpersonales y el bienestar emocional.
  • Inteligencia Trascendental o Espiritual:
    • Esta inteligencia va más allá de las otras dos. Nos permite tomar decisiones asertivas y utilizar nuestras habilidades para el bienestar común y social.

Personas como Sócrates o Platón, destacaron por su inteligencia cognitiva. Otros, como Daniel Goleman, han profundizado en la inteligencia emocional. También existen líderes con habilidades cognitivas y emocionales notables que han utilizado su potencial para fines negativos, como Joseph Goebbels (ideólogo Nazi), Bernie Madoff (estafador) o Osama Bin Laden (terrorista saudí).

¿Qué hace la diferencia entre estos personajes citados? La inteligencia trascendental, por ello es crucial desarrollarla, ya que esta se encuentra en un nivel superior y engloba las otras inteligencias.

Ramón Gallegos Nava, en su libro “Inteligencia Espiritual”, menciona la importancia de estos tres tipos de inteligencia y al referirse a ellas indica que:

  1. La Inteligencia Espiritual: Está relacionada con el ser y la comprensión de que existe un ser supremo.
  2. La Inteligencia Emocional: Se Relaciona con el cuerpo y la capacidad de sentir.
  3. La Inteligencia Cognitiva: Está relacionada con el cerebro y la capacidad de pensar.

Es importante destacar que la inteligencia emocional no otorga dirección moral o ética a la conducta; sólo capacita para el control emocional. Por otro lado, la inteligencia intelectual, arraigada en el cerebro, se basa en procesos lógicos y cognitivos, pero no siempre comprende el significado global de las situaciones. El cultivar la inteligencia trascendental nos permite ir más allá de lo cognitivo y emocional, guiándonos nuestras decisiones, partiendo de las creencias, principios y ética , de la espiritualidad cristiana, que dan un sentido profundo al ser. El cerebro está creado para conectar con un ser supremo o superior y cuando una persona no se encuentra en una situación donde no encontramos una solución humana, acude a nuestro Dios.

¿Cómo podemos estimular la inteligencia trascendental en las iglesias?

En mi práctica profesional con niños en edades desde los 6 años hasta los 12 años, he aprendido a estimular las diferentes inteligencias con metodologías donde el niño es el protagonista del aprendizaje. Los maestros somos llamados a crear ambientes que estimulen los talentos y dones para el servicio a Dios y a los demás. No solo realizar nuestras clases, para que el niño aprenda los personajes bíblicos, o las historias o parábolas, sino que se logre relacionar ese conocimiento como base para la toma de una decisión asertiva o la creación de un hábito. Estas actividades pueden ser pequeñas o grandes, según la edad de los estudiantes. El objetivo es que los niños comprendan que Dios les ha dotado de dones y talentos para ayudar a los demás y compartir el mensaje de salvación con quienes aún no lo conocen. Nuestra tarea es apoyar al niño para que pueda reconocer que somos seres multidimensionales que interactuamos en tres direcciones:

  1. Hacia el Interior:
    • Esto implica tener una relación personal con Dios. estimular un amor hacia él y comprender su identidad como creaciones perfectas de Dios, se concibe como una creación única y que su propósito en esta tierra no se encasilla en la adquisición de bienes . Si no en conocer a su salvador y conocerlo más. Los niños deben no solo aprender sobre personajes bíblicos y sus historias, sino también internalizar esos principios y aplicarlos en su vida diaria.
  2. Hacia el Exterior:
    • Se refiere a la capacidad de generar consciencia de cómo se interactúa con el mundo que nos rodea, (el entorno). Esto va más allá de la convivencia. Los niños deben aprender a servir a los demás, a ser compasivos y a compartir el mensaje de salvación. Las historias bíblicas pueden ser poderosas herramientas para enseñar estos valores y reforzar el aprendizaje mediante proyectos sociales que les permita poner en práctica lo aprendido.
  3. Hacia los Demás:
    • Nuestras relaciones con las personas que nos rodean también son esenciales. El segundo mandamiento, según Jesús en Mateo 22:37-39, nos insta a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Las historias bíblicas, como las parábolas y los milagros de Jesús, deben enlazarse con las tres inteligencias citadas, estimulando de esta forma la resolución de problemas cotidianos y la toma de decisiones asertivas, desde una perspectiva que considera nuestra relación con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Somos retados a innovar en nuestra lecciones y construir aprendizajes utilizando estrategias o técnicas innovadoras.

Conclusión

La inteligencia trascendental es esencial para una vida plena. Al combinarla con otras inteligencias y crear un entorno de apoyo, podemos preparar a nuestros niños para tomar decisiones asertivas y crecer en su relación con Dios y con los demás. La labor de los maestros debe estar relacionada con un estímulo integral de crecimiento y no tan solo con un tiempo dedicado a narrar una historia bíblica y actividad plástica. Por otro lado, explorar nuevas estrategias, metodologías y técnicas que definitivamente rompen con los anticuados paradigmas será vital para sustentar, contextualizar y responder a las necesidades de los niños de esta época

Los tiempos de actividad con los niños en la iglesia, van más allá de la mera convivencia, no se trata solo de transmitir información, sino de lograr que los niños internalicen los principios espirituales. El aprendizaje significativo se traduce en cambios reales en la mente y el corazón. Es importante que lo que se aprende en la Escuela Dominical se aplique en casa y en la vida diaria.

Bibliografía