Efesios 5:16 “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.
Estamos en tiempo de pandemia, debemos permanecer en casa, y al pasar los días, pueden surgir varias actitudes, una de ellas es “institucionalizarse”. Este término, es usado en las instituciones seculares, cuando los empleados permanecen mucho tiempo trabajando en el mismo sitio, algunos toman una actitud de hacer lo mínimo, sólo para sobrevivir en la institución, no son empleados proactivos, se quejan del trabajo y las dificultades del mismo, son lentos y apáticos, apenas rinden en sus funciones, dejan todo para después, solo desean la hora de salida de su trabajo, no se destacan en lo que hacen y les gusta perder el tiempo en asuntos personales o familiares. En general son empleados con una actitud inmadura para el trabajo.
Esta actitud tan negativa, puede estar llegando a los hogares hoy, por ejemplo, usted puede empezar a sentir que las tareas del hogar son aburridas, no tiene ganas de hacerlas, comienza a hacer lo mínimo y a pasar más horas descansando, viendo la televisión o escuchando música, le da más sueño durante el día y siente que el día se le hace más pequeño y le rinde menos, todo esto es parte de lo que yo llamo “institucionalizase” por estar muchos días, en la casa.
El problema mayor, es que cuando aprendemos esta actitud, luego nos cuesta quitarla, por lo que debemos luchar contra ella.
Una de las herramientas es aprender a aprovechar el tiempo sabiamente.
Para lo cual doy algunas ideas:
- Priorice las tareas dentro del hogar, hacer primero los más importante, para mantener activo y sano el hogar.
- Fije metas, no solo para cada día, sino para cuando termine esta cuarentena; usted puede lograr un cambio en su familia, algunas pueden ser: ser más unidos, discutir menos, ser más comprensivos, conocer mejor a los hijos, tener más conocimiento de la Palabra de Dios, que los hijos tengan más conocimiento y fe en el Señor, entre otras. Fíjese una o varias metas en este tiempo, y trabaje cada día, sea oyendo con más intencionalidad a sus hijos, o a toda la familia.
- Escriba una lista de las tareas diarias para cada miembro de la familia y ofrezca pequeños premios a quien las logre.
- Haga competencias de limpieza, por ejemplo de mantener las habitaciones, baños, cocina, en orden. Esto mantiene activa a toda la familia.
- Disfrute de los ratos de ocio, pero no los haga muy largos, que sean para todos y muy alegres.
- No permita que las tareas asignadas queden incompletas, deben terminarse, antes del tiempo de ocio,
- Analice cuáles son las horas mas productivas en cada uno de los miembros de la familia.
- No permita las pérdidas de tiempo, como la pereza, las distracciones, que impiden que se cumpla con las tareas.
- Enseñe a sus hijos a aprovechar el tiempo como un valioso regalo de Dios, enséñeles que deben usarlo sabiamente.
Este tiempo será de gran bendición y aprendizaje para toda la familia.
Que Dios le ayude en todo lo que emprenda hoy.
Doctor Miguel e Irene Garita. Ministerio Cuidado Familiar, Iglesia del Nazareno, Región Mesoamérica.