“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Romanos 10:17 RVR 1960
En estos tiempos de pandemia, muchas personas han desarrollado un miedo a ser contagiados por la enfermedad. Y pasan gran parte del tiempo pensando cómo vencer(la) esta enfermedad. Esto los lleva a desarrollar una ansiedad o temor que les mantiene en un estado de angustia y tensión. De no controlarse, puede llevar a un problema más grave, ya que la tensión afecta toda nuestra vida emocional, física y espiritual.
Es importante entender que esta enfermedad vino para quedarse, es muy real y no va a desaparecer; aunque le tengamos miedo y tengamos que adaptarnos por el momento. Sin embargo, se puede enfrentar con éxito.
Para lograrlo te recomendamos los siguientes consejos:
- Cuida tu salud física, mental y espiritual. Para lograrlo, nos puede ayudar el hacer y mantener rutinas de horas de comida, horas de ejercicio, lectura, esparcimiento, estudio de la Biblia. Estas actividades nos ayudan a cuidarnos. También, si trabajas en casa, el establecer horarios en las actividades nos mantienen activos, ya que se pudiera dedicar mucho tiempo a la limpieza del hogar o de sí mismos, o bien, de otras cosas que pueden convertirse en una gran carga. Por lo cual, establecer horarios y designar tareas entre los miembros de la casa, nos ayuda a no descuidar el tiempo de descanso, esparcimiento, devocional personal y los tiempos de oración en familia. Recuerda, “cuidar significa mantener el balance de las tareas en este tiempo”.
- Manteniendo estrictamente las reglas sanitarias. Estas ayudan a protegernos, y está demostrado que si las seguimos, vencemos la pandemia. Pero no pueden convertirse en un fin en sí mismo, las cuales nos abrumen por querer cumplirlas. Si nos sentimos abrumados, al final producirán tensión y temor de llegar a olvidarnos de ellas o de si otros fallan. Cumplir con las reglas sanitarias, debe ser algo normal y habitual.
- Desarrollando una actitud de fe en que el Señor nos cuida. Y digo “desarrollando una actitud de fe”, porque el temor es una emoción, y si esta tomara el control y dejamos que nos controle, perdemos la fe. Al cumplir con los dos primeros consejos, la fe viene a ser lo que da estabilidad a la situación. ¿Cómo podemos aumentar la fe? El pasaje indica que “la fe viene del oír la Palabra de Dios”, sus historias y pasajes nos muestran todo lo que Él ha hecho y nos llevan a confiar, a tener fe, la cual, más que nunca, necesitamos.
Es un tiempo de acercarse a Dios como nunca antes, en la oración y estudio de la Palabra, en intimidad con Él.
¡Sigamos orando y confiando! Que el Señor te ayude en este día en todo lo que emprendas.
Dr. Miguel e Irene Garita, ministerio Cuidado Familiar, Iglesia del Nazareno, Región Mesoamérica