“El padre del justo se regocijará en gran manera, y el que engendra un sabio se alegrará en él. Alégrense tu padre y tu madre, y regocíjese la que te dio a luz” Proverbios 23:24-25
En las cuatro primeras partes, compartimos con ustedes que la conducta que tienen los hijos se formó en el hogar, aunque usted afirme, “hice lo mejor para educarlos”.
Por lo general, los padres cometemos errores, y esto forma actitudes negativas y malas conductas en nuestros hijos.
Algunos de estos errores son:
- Dar a los hijos autoridad igual a la de los padres.
Esta forma de educar, es común en padres o madres que ejercen su paternidad o maternidad solos, ya sean que estén separados, divorciados, viudos, o con padres muy ausentes. Les dan la autoridad a sus hijos, aunque sean niños todavía, para que decidan lo que desean hacer. Aunque se podría pensar que esto es bueno, por lo general, los niños al ver a los padres como iguales, pierdan la posición de autoridad de estos.
Con el tiempo, a medida que los hijos crecen, se hace más difícil educarlos y guiarlos, pues piensan que pueden tomar sus propias decisiones, sin necesidad de tomar en cuanta el deseo de sus padres. Padres sus hijos necesitan tenerlos siempre como sus modelos de autoridad.
Si los hijos ven a sus padres como iguales, no entenderán que están bajo autoridad y seguirán sus propios instintos y les será difícil el autocontrol. A esta situación, le tenemos que agregar una segunda que es:
- No ponerle limites a sus hijos.
Esto es un grabe error, pues toda nuestra vida está rodeada de situaciones con límites que no debemos pasar, de lo contrario, nos entraremos a conflictos de tipo social, económico, espiritual, etc.
Los límites son sanos en una sociedad que no sabe hasta donde debe llegar la libertad de una persona. Los limites están vinculados al éxito en la vida, nos ayudan para tener disciplina para estudiar, trabajar, el uso del dinero.
Los limites existen en todas las áreas de la vida, cuando los perdemos entramos en problemas con nuestra vida en general, y la convivencia con los demás se dificulta.
Cuando el hijo sabe hasta dónde debe llegar, es decir, conoce cuáles son sus límites, se siente más tranquilo, desarrolla el autocontrol, y crea disciplina para su vida en general. Muchas personas tienen grandes problemas al llegar a la adultez por no tener límites, se vuelven adictos a drogas, al alcohol, pierden sus responsabilidades, y desarrollan muchas otras formas de autodestrucción, pero, sobre todo, pierden el sentido de vivir una vida de éxito.
Padre y madre, póngale limites a tus hijos y permita que ellos desarrollen una vida exitosa.
Que Dios te ayude en todo lo que emprendas hoy.
Descarga este documento aquí: Cómo Formar un Carácter Exitoso en los Hijos (quinta parte)
Doctor Miguel, e Irene Garita
Ministerio Cuidado Familiar
Iglesia Del Nazareno, Región Mesoamérica