Unas 75 personas de 9 países de la Iglesia del Nazareno de Mesoamérica, se unieron para realizar Impacto Máxima Misión en República Dominicana, con el fin de impactar a las personas con el mensaje de salvación por medio del servicio y la compasión. Unos 300 niños fueron ministrados y unas 50 personas aceptaron a Jesús como su Señor y salvador.
El evento sucedió del 14 al 18 de julio, previo al congreso regional de jóvenes. Los participantes se establecieron en tres diferentes sitios para servir a las comunidades: Higuey, La Otra Banda y Hato Mayor.
Elba Duson, coordinadora de Movilización Misionera del Área Central dijo que el idioma no fue una limitante para que los participantes del Área Caribe se unieran a este tiempo de servicio.
“Estoy maravillada de lo que Dios puede hacer con corazones dispuestos a ser instrumentos de su amor”. Dijo. Mitzi Villegas, participante de México. “Dios nos unió de la manera que él quiso… y nos llevó a hacer cosas que no imaginábamos que éramos capaces de hacer… No hubo barrera de idioma o cultura que nos impidiera servir con amor. ¡Esto ha sido hermoso! ¡Todos hemos sido impactados”.
Los grupos sirvieron de manera simultánea en las 3 localidades. Algunas actividades realizadas fueron: visita a un hogar para adultos mayores, donde dedicaron un tiempo para escuchar y para lavarle los pies a los adultos mayores. También, visitaron un centro preventivo, donde se compartió un mensaje de esperanza, y alimentos y artículos de aseo personal. Además, se hizo entrega de ropa, alimentos y artículos de aseo personal a familias necesitadas. Se trabajó también en la reparación del techo de una casa que se encontraba en muy mal estado.
Parte importante de esta jornada fue el trabajo con los niños que se desarrolló por medio de Escuelas Bíblicas de Verano, actividades recreativas y deportivas, donación de útiles escolares, y también lavado y peinado del cabello a las niñas.
Otra parte muy importante fue el trabajo de evangelismo creativo que se realizó en las calles, semáforos, en las casas, y además a las trabajadoras sexuales.
Timmeon Spencer, coordinador de Movilización Misionera del Área Caribe dijo “Ver el impacto del evangelio en la vida de los niños pequeños y su pasión por compartirlo fue un soplo de esperanza para el futuro, pero también un recordatorio de que el Reino de Dios pertenece a los niños”.
Kenia Flores, de México compartió con Mesoamérica que hace un año, su situación psicoemocional se deterioró y que esa carga seguía pesando y provocándole inseguridad.
Pero que durante el evento, una noche antes de dormir, abrió su Biblia y recibió un mensaje de parte de Dios en Joel 2:21. «Tierra, no temas; alégrate y regocíjate, porque Jehová hará grandes cosas.»
“Más allá de mis miedos y complejos, hay un Dios que renueva”. Dijo Kenia. “Yo sabía que Dios trataría cosas conmigo desde el día en que llegamos y escuché cantar a los hermanos de Higüey ‘Cambiaré mi tristeza, cambiaré mi vergüenza, los entregaré por el gozo de Dios’. ¿Cómo pude llorar con una alabanza tan alegre?… es el Poder de Cristo, más allá del dolor, más allá de mi pasado, Él ya estaba obrando”.
Por: Elba Isabel Duson, coordinadora de Movilización Misionera del Área Central