Cómo liderar a quienes no quieren seguir
Por Dan Reiland
El liderazgo es gratificante y definitivamente vale la pena, pero seamos honestos, hay muchos días en los que no es un picnic. Por lo general, esos días tienen algo que ver con conflictos humanos. ¿Estarías de acuerdo?
Y una de las situaciones de conflicto más llenas de tensión es intentar guiar a alguien que no quiere seguirte. Entonces, cuando eso sucede, ¿sabes qué hacer?
Empiece con «¿Por qué?»
Hay muchos escenarios posibles como:
- Estás siguiendo (reemplazando) a un querido jefe o líder voluntario.
- Estás liderando a alguien que es mayor con más experiencia que tú.
- Hiciste cambios que no les gustaron.
- Tu estilo es diferente al que están acostumbrados.
Los mejores líderes se toman un momento para una «autocomprobación». Eso siempre es prudente antes de considerar a alguien como una persona «difícil».
Hágase estas preguntas:
- ¿Confían en ti?
- ¿Les gustas?
- ¿Te respetan?
- ¿Has dejado claras las expectativas?
- ¿Estás invirtiendo en ellos para que puedan convertirse en mejores líderes?
NOTA: Estas preguntas no pretenden dudar de usted o de su liderazgo. De hecho, supongo que está liderando bien. El punto es que su perspectiva importa, incluso si no es del todo precisa.
Sin embargo, si responde no a cualquiera de estas preguntas, concéntrese en resolverla primero. La verdad es que los mejores líderes pueden liderar a los que no quieren seguir, a los que piensan diferente e incluso a los que a veces son difíciles.
Tenga en cuenta que una opinión disidente, un desacuerdo sobre el curso de acción o impulsar una idea creativa que está fuera de lo tradicional no significa que la persona sea difícil o no quiera seguir; podría significar que es un líder. Los buenos líderes tienen sus propios pensamientos, ideas y formas de resolver problemas. Depende de aquellos de nosotros que lideramos líderes aprovechar todo eso en un equipo saludable y productivo.
6 Prácticas para guiar mejor a aquellos que no quieren seguir:
1) Utilice la lente de «diferente», no «difícil».
A veces tenemos que lidiar con personas difíciles. Aquellos que demuestran rasgos como ser crónicamente agresivos, no escuchan bien, sólo ven las cosas a su manera, no pueden controlar sus emociones, no cambiarán, tienen puntos ciegos importantes, etc. Sinceramente, aun así son, por mucho, la minoría del tipo de persona que hubiera elegido para su equipo.
Es más frecuente el caso de que la persona piense de manera diferente a usted, y por eso puede parecer difícil.
Siempre que el líder adopte los valores de su equipo, la cultura del personal y la visión general, pensar de manera diferente a los demás a menudo agrega un gran valor y aumenta el progreso.
2) Redirigir la energía lateral en la dirección correcta.
Alguien que no quiera seguir, o que parezca que no lo quiere, puede estar desperdiciando energía y, por lo tanto, desperdiciando tiempo y recursos. Si una persona de tu equipo está quemando energía de forma lateral, no mates su impulso; redirígelo en una dirección más productiva. Asegúrate de que estén alineados con la visión y de que su química se ajuste a la cultura, luego dales el poder para liderar, siempre y cuando sea en la dirección correcta.
3) Ejercite la flexibilidad en el “cómo”, pero manténgase firme en el “qué”.
A menudo parece que alguien está «oponiéndose al sistema» o siempre va contra la corriente de la organización, pero es posible que simplemente esté ejerciendo la prerrogativa de un líder para hacer el trabajo de la mejor manera posible.
Dé tanta libertad como pueda sobre cómo sus líderes logran sus metas y hacen las cosas, pero manténgase muy firme en el qué y el por qué.
Usted a través del “coaching” (entrenamiento) comienza a prescribir el cómo cuando alguien es ineficiente en su estrategia de hábitos de trabajo o cuando no logra hacer su trabajo. En ese momento, debe asegurarse de que ellos estén dispuestos a seguir.
Los hábitos y patrones revelan mucho. Si alguien parece resistirse constantemente a su liderazgo o ir en contra de la cultura del equipo, especialmente sin ser productivo a la luz de la visión, es hora de conversaciones muy sinceras y directas que resulten en un cambio positivo.
4) Mejore la química relacional tanto como pueda.
Cuando tu equipo sabe que te preocupas por ellos, tienes sus mejores intereses en el corazón y es obvio que estás invirtiendo en ellos, es muy probable que quieran seguirte. Sinceramente, cuando sé que un líder cree en mí, que tiene en mente mi mejor interés e invierte para convertirme en un mejor líder, escalaré montañas para hacer que las cosas sucedan y hacer avanzar la visión. ¿No es así?
Cultivar una gran química de equipo relacional implica una cultura de equipo intencional, expectativas claras, diversión, comunicación abierta, alta confianza y dar el beneficio de la duda.
5) Pídale a sus líderes que ofrezcan una mejor manera o muestrales una mejor manera.
Está bien que los buenos líderes lo hagan a su manera, siempre que el resultado final sea realmente mejor, no solo diferente. Pida a sus líderes que mejoren las cosas y, si no pueden, enséñeles cómo. Esa es una excelente manera de ganar seguidores. Una de las cosas más sinceras que le puede motivar a un líder es «haznos mejores». Eso comunica creencia, valor y confianza.
Y cuando lo hagan, ¡asegúrese de darles el crédito!
6) Es posible que deba tomar una decisión difícil.
Espero que esta publicación te ayude a evitar la necesidad de liberar a alguien de tu equipo, pero como mencioné anteriormente, algunos simplemente no funcionan bien con otros. Realmente no quieren seguir.
Aquellos que exhiben características como ser crónicamente agresivos, no escuchan bien, solo ven las cosas a su manera, no pueden controlar sus emociones, tienen puntos ciegos importantes y no cambiarán, no pueden permanecer en su equipo.
Cuando haya hecho todo lo que pueda, deberá tomar la difícil decisión de liberarlos de su equipo. Sin embargo, esa acción rara vez debería ser necesaria.
La mayoría de los buenos líderes quieren seguir a un buen líder.
¡Dé el ejemplo, preocúpese genuinamente por cada persona, invierta en ellos y siga adelante!
© 2021 Dan Reiland | El Entrenador del Pastor – Desarrollando Líderes Eclesiales
Traducido por Noyma González Morejón