En un pequeño templo, ubicado en una zona con altos índices de delincuencia en El Salvador, un grupo de niños y preadolescentes está siendo ministrado por los nazarenos de la iglesia Valle del Sol.
La iglesia tiene unos 25 miembros activos, y el espacio de su templo es de unos 50 m. cuadrados. Sin embargo, cada domingo un grupo de entre 25 a 30 niños y preadolescentes acude al templo para recibir una enseñanza bíblica y una merienda que los miembros de la iglesia preparan para ellos. También durante este tiempo han realizado talleres de bisutería y reciclaje con utilidad.
Cecilia Díaz, coordinadora de Discipulado Nazareno Internacional, dijo que el deseo de los líderes es que, en el proceso de crecimiento, los niños y preadolescentes amen y confíen en Jesús, que disfruten estar en el templo en sus tiempos libres y que sean una luz de bendición para sus familias que aún no conocen a Dios.
Díaz dijo también que el 85% de este grupo, no son hijos de los miembros de la iglesia sino miembros de la comunidad. Los niños y adolescentes se quedan solos todo el día, ya que sus padres o encargados salen a trabajar desde muy temprano y regresan tarde por la noche. Dijo que la situación de vida de las familias es precaria, por lo que procuran que los refrigerios que comparten con el grupo sean muy sustanciosos.
“Dios ha sido bueno, y hemos logrado mantener la asistencia de los niños” Dijo Cecilia Díaz, pues al inicio de la pandemia, se dejaron de realizar los cultos y las reuniones, pero la junta de la iglesia se reunía para orar en el templo, y cuando los niños y adolescentes lo notaron, les preguntaban que cuándo volverían a recibir sus clases bíblicas, por lo que 9 meses después del cierre la iglesia retomó las reuniones.
“Nuestro servicio a Dios en esta área fue la respuesta de Dios a nuestras oraciones. Hemos estado rodeados de bendición en la iglesia con los niños”. Dijo Díaz.
Actualmente 12 de los niños están asistiendo por su propia iniciativa a la iglesia, y cada domingo llegan con su Biblia y mascarilla listos para recibir su lección. Con este grupo fiel, se han realizado pequeños paseos.
“Estamos en una de las zonas más peligrosas y continuamente asediada por la delincuencia en nuestro país, y además, saliendo de una difícil situación que dejó la pandemia… pero seguimos glorificando el nombre de Dios, y buscando formas de alcanzar a más personas con el mensaje de salvación y santidad…” Dijo Montes.
“Oramos y pedimos sus oraciones para que Dios siga proveyendo los recursos para trabajar cada vez más con la comunidad y que más personas puedan conocer de Jesús, trayendo una transformación de santidad a esta comunidad con tantas dificultades”. Dijo Montes
Fuentes: Jesús Montes y Cecilia Díaz, presidente de Discipulado Nazareno Internacional de la iglesia Valle del Sol.