Tengo tanto agradecimiento en mi corazón por la forma en que Dios me esta mostrando su amor, no me siento merecedora de tanta gracia y bondad que Él me da cada día. Mi aventura en Tercera Ola comenzó un año atrás, cuando supe de qué se trataba comencé a orar por la oportunidad de asistir. Sin embargo, la provisión del Señor para mí había comenzado muchísimo tiempo atrás y así quiso que yo lo entendiera.
Es increíble ver tantas naciones, idiomas, colores y culturas reunidas alabando a un mismo Dios. Muchas veces pensamos que las situaciones difíciles solo las pasamos en nuestras iglesias locales o distritos, pero al escuchar las experiencias de los demás es confortante saber que allá afuera hay otros que comparten nuestro sentir.
Mi parte favorita y la que movió mi corazón de una manera especial fue la mañana de testimonios de países de acceso creativo. Es muy desafiante y fui retada a obedecer a Dios y a confiar en él. Oro para que Dios me muestre el camino que en su perfecta voluntad ha diseñado para mí, me doy cuenta del gran privilegio que tenemos en nuestras áreas de poder salir a la calle a hacer Máxima Misión o evangelizar sin miedo a que nos tomen como prisioneros. A parte de esto, conocer personas de otras culturas que comparten la misma pasión y amor por Dios es genial. ¡Me encantó India!