Hace un año atrás comencé a leer el libro El Plan Daniel, donde encontré consejos tan oportunos para cuidar la salud de manera integral, que decidí motivar a la lectura del mismo entre un grupo de amigas de diferentes iglesias.
Sin embargo, el libro quedó en mi mente como un conocimiento, pero no avanzó más que eso, porque dejé que todo quedara como un deseo de mejorar mi salud, pero no sometí mi voluntad para ponerlo por obra.
Un año después, me encuentro pesando 11 kilos menos; kilos que perdí al tener que someterme a una dieta, no por voluntad sino por necesidad. Al ver hacia atrás me doy cuenta que pude haber tomado acciones correctivas que pudieron haber evitado la crisis de salud que tuve que pasar, en ese tiempo, recordé el pasaje que dice: “Si ustedes saben hacer lo bueno y no lo hacen, ya están pecando” Santiago 4:17 TLAI.
Pedí perdón al Señor, porque yo sabía lo que tenía que hacer para cuidar mi salud, pero no lo hice. No tenemos que esperar la crisis para tomar decisiones correctas en el cuidado de nuestra salud. Hoy mis hábitos de vida han cambiado, me hidrato, como sano, me ejercito y descanso. En medio de mi desierto vi la fidelidad de Dios.
Y tú ¿vas a esperar vivir un desierto para hacer lo que es bueno para cuidar tu cuerpo? mejor, empieza desde ahora.
Rev. Sharon Víquez Sosa
Coordinadora de MIEDD
Distrito Central Costa Rica