Tercera Ola – MÁXIMA MISIÓN SAN RAMÓN

El 10 de enero tuve una de las mejores experiencias en mi vida, la cual fue asistir al proyecto “Tercer Ola” Costa Rica, participando en la Máxima Misión de San Ramón.

Dios bendijo mi vida en este lugar. Tuve la oportunidad de conocer muchos jóvenes Nazarenos de diferentes países y servir a Dios al lado de ellos, Dios puso personas especiales en mi camino para bendecirme.

Aprendí muchas cosas en ese lugar una de ellas es que cuando oras con fe Dios te respalda, trabaje en evangelismo a los alrededores de San Ramón y cada una de las casas que visite en compañía de dos líderes, fuimos bien recibidas y cuando les decíamos a las personas que si tenían alguna petición especial por la cual querían que nosotras estuviéramos orando las personas decían SI quiero darles mi petición porque quiero que oren por mi y muchas gracias nos decían, fue realmente de mucha bendición para mí el saber que las personas sentían la necesidad de oración y que yo podía orar por ellas.

Dios impactó mi vida en una de las casas que visitamos, un padre de familia con sus dos hijos pequeños salió a recibirnos y a escuchar lo que teníamos para compartirles, al finalizar el hombre compartió la petición que tenia y pidió oración y nos dijo: esperen un momento, entro a la casa y salió con un papel y nos dijo: “dentro del papel va una ofrenda de amor que quiero entregarles y muchas gracias por bendecirme a mí y mi familia”. Para mí fue muy impactante el ver que una persona la cual no nos conocía quisiera ofrendar al ministerio y que Dios tocara su corazón para hacerlo. Fue sorprendente para mí.

Además de eso el trabajo con niños fue grandioso y de impacto para mí, habían muchos niños en este lugar y una de las cosas que más me bendijo fue el ver a niños muy pequeños diciendo el significado de cada uno de los colores evangelisticos porque todos querían saber más y aprender más de esto.

En esta Máxima Misión la JNI dejó una huella que permitirá que muchos adultos, jóvenes y niños lleguen a Cristo, una huella por la que Dios responderá muchas peticiones que cada persona tenía en ese lugar, una huella que seguirá impactando más vidas, porque el trabajo NO ha terminado sino que apenas comienza.

Servirle a Dios para mí ha sido la mejor aventura de la vida y cada vez que le sirvo, así sea algo muy sencillo me doy cuenta que esto es lo que quiero hacer SERVIR A DIOS y el cumplirá su propósito en mi vida!

Escrito por: Estefanía Amador, Iglesia del Nazareno en Upala, Costa Rica, miembro del concilio de la JNI, Distrito Norte.