5 Regalos Extraordinarios de Dios (y cómo impactan su liderazgo)
Por Dan Reiland
¿Cuáles son los primeros pensamientos que le vienen a la mente cuando reflexiona sobre la naturaleza de Dios?
Para mí, son:
– Bondadoso
– Justo
– Amoroso
– Misericordioso
– Presente
– Fiel
– Soberano
– Santo
¿Qué más se le ocurre?
En medio del ajetreo y el bullicio de esta temporada, es especialmente bueno reflexionar sobre la extraordinaria naturaleza de Dios. Quién es Él y nuestra relación con Él está en el centro mismo de por qué hacemos lo que hacemos.
Como líderes de la iglesia, es increíblemente fácil involucrarse tanto en el trabajo de Dios que podemos perdernos la maravilla de Dios. A menudo, parece que nos centramos en lo que Dios espera de nosotros debido a Su naturaleza santa, pero lo que me llama la atención es hasta qué punto Dios es un Dios dadivoso. A la larga, Sus expectativas reflejan todo lo que quiere que tengamos, experimentemos y disfrutemos.
(Sinceramente, creo que a veces confundimos o transponemos todo lo que la gente espera de nosotros con lo que Dios espera de nosotros. Esto se debe a que las emociones relacionadas con las expectativas son difíciles de clasificar linealmente. No se pueden poner las emociones en un gráfico. Por lo tanto, sentimos lo que sentimos. El resultado son cosas como sentirse sobrecargado, abrumado y con pocos recursos. Y entonces una cosa más, una pequeña cosa, una buena cosa parece ser la gota que colma el vaso).
Dios ciertamente tiene expectativas de nosotros, pero nos da mucho más de lo que espera de nosotros. Como líder, ¡eso nos llena y nos ayuda a seguir adelante!
Así que concentrémonos por unos minutos en Dios como un Dios que da.
5 Regalos extraordinarios de Dios
1) El tipo de carácter del que podemos estar orgullosos
Es bueno que nos esforcemos por liderar sin rasgos negativos de carácter, incluyendo defectos éticos o morales, pero evitar lo negativo por sí solo no es suficiente. ¿Cómo podemos liderar con la clase de rasgos de carácter de los que podemos estar orgullosos?
Usted está muy familiarizado con este extraordinario regalo que llamamos «fruto del espíritu», pero no se apresure a pasar demasiado rápido por esta lista de nueve rasgos.
– Amor
– Alegría
– Paz
– Paciencia
– Amabilidad
– Bondad
– Fidelidad
– Mansedumbre
– Autocontrol
¿Puede vivir estos nueve rasgos usted solo? Yo no puedo. Son un regalo de Dios que, si los abrazamos, nuestro liderazgo cambia profundamente. (Ver Gálatas 5:22)
Sinceramente, no estoy seguro de cuán bien practico los nueve, ¡incluso con el Espíritu Santo guiándome! Pero estoy seguro de que son un regalo transformador que persigo a diario.
¿Y usted? ¿Cuál, entre los frutos del espíritu, Gálatas 5:22, si se abrazara más consistentemente, ¿ayudaría más a su liderazgo a elevarse a un nivel más alto?
Dios los ha puesto en nosotros. Si nos inclinamos intencionadamente hacia ellos, podremos vivirlos.
2) Una habilidad única para enfrentarse a los adversarios con confianza
Los líderes de la Iglesia son silenciosa y sutilmente marginados por el desánimo sostenido, y el Enemigo lo sabe. Pero, por supuesto, cuando estamos desanimados no estamos del todo fuera ni totalmente en el juego. La buena noticia es que hay una manera de mantenerse fuerte.
Conoce este asombroso regalo como la «Armadura de Dios». Dos preguntas clave son, ¿con qué frecuencia y por qué nos ponemos la armadura?
Si usted piensa que tiene un miembro de la junta contradictorio o un miembro del personal difícil, los esquemas del diablo son 100X en comparación.
Todo líder tiene un «talón de Aquiles», una debilidad que desafía su fortaleza general. Es nuestra «kriptonita» personal que puede acabar con nosotros. ¿Cuál es el suyo? Necesita saberlo (el diablo ya lo sabe) para mantenerse firme.
3) La capacidad de experimentar el significado por encima de lo mundano
La arquitectura sobrenatural detrás de los dones espirituales que Dios nos da me asombra. Se nos dan estos dones porque estamos diseñados a propósito con un propósito. Dios tiene un plan, ¡y nosotros somos parte del mismo! La cotidianidad de la vida y del ministerio a lo largo de los años puede ser experimentada como mundana, pero no cuando recordamos que Dios es el autor. Lo mundano se convierte rápidamente en profundamente significativo cuando vemos nuestra parte en el plan de Dios.
Se nos dan dones espirituales porque Dios tiene algo para que hagamos y se nos da el fruto del Espíritu porque hay una manera correcta de hacerlo. Nuestros dones espirituales (Romanos 12:4-8; I Corintios 12:7-11; Efesios 4:11-13; I Pedro 4:10) nos dan una gran perspicacia y la capacidad de liderar en los carriles que Dios ha diseñado exclusivamente para nosotros.
¿De qué manera sus dones espirituales moldean, potencian y mejoran su liderazgo?
4) Acceso a la mente y al poder de Dios
Que se nos confíe una sabiduría que va más allá de nuestra capacidad natural es realmente un don extraordinario de Dios. «No sé qué hacer». ¿Cuántas veces, como líder, ese simple pero inquietante pensamiento se ha cocido a fuego lento en la quietud de su propia mente? Entonces Dios se lo recuerda susurrándole: «Yo lo sé. Confía en mí».
El regalo del Espíritu Santo abarca mucho, pero para este punto sobre la sabiduría, estoy combinando la verdad de que el Espíritu Santo recuerda, ayuda y trae guía, discernimiento y dirección.
Sabiduría. (I Corintios 2:12-13)
Esta sabiduría está a nuestra disposición si la pedimos. (Santiago 1:5)
¿Cuántas veces ha estado en una reunión, enseñando o resolviendo un problema cuando le viene a la mente un pensamiento que desbloquea la solución? Y estaba muy por encima de sus pensamientos, o no estaba en ninguna parte de su mente en ese momento.
Eso es un regalo.
Luego, además de todo eso, Dios nos da el poder para permitir que esa sabiduría se ponga en marcha y obtenga resultados. (Hechos 1:8)
5) La invitación a no más lágrimas ni dolor
El extraordinario regalo de no más lágrimas, penas ni dolor (Ap. 21:4) viene acompañado de la invitación a la salvación: la promesa de la eternidad. ¿Quién sino Dios podría dar un regalo tan asombroso?
El gran regalo de la salvación comienza aquí y ahora. Todavía hay sufrimiento y pena, dolor y lágrimas, pero tenemos la promesa del cielo, la fuerza para resistir y la comunidad de creyentes para que nunca caminemos solos.
¿Puede usted recordar a alguien perdonando o cancelando una deuda para usted y la carga levantada de sus hombros? ¡La libertad y la alegría! Es realmente un regalo difícil de comprender. Pero, mucho más, Dios perdona nuestra deuda espiritual de pecado y nos promete un futuro más allá de nuestra comprensión.
Dios perdona nuestros pecados y nos da gratuitamente la salvación. Lo sabemos; lo enseñamos y oramos para que otros lo reciban. Pero, ¿cuándo se toma el tiempo para empaparse de la profunda naturaleza de este regalo sólo para usted?
Copyright © 2023 Dan Reiland
Traducido por: Elizabeth Guevara Cabrera