Por Dan Reiland

Para hacer crecer iglesias más fuertes, necesitamos convertirnos en mejores líderes. Es un proceso continuo y nunca llegamos. ¿Cómo está usted creciendo y mejorando?

Simplemente porque estamos liderando activamente no significa que nos estamos convirtiendo en mejores líderes. Es fácil estar ocupado en hacer el bien, pero no en mejorar.

Podemos caer en la rutina de hacer las mismas cosas, de la misma manera, con las mismas personas. Este patrón nos mantiene ocupados, pero sin avanzar. El cambio siempre es necesario para ver el progreso.

El objetivo no es cambiar por cambiar ni cambiarlo todo. Tenemos que preguntarnos qué es lo que hay que cambiar para que nuestra visión se haga realidad. Y ese cambio requiere que crezcamos y nos convirtamos en mejores líderes.

Este proceso de crecimiento consta de cuatro partes.

Aprender cosas nuevas.
Esto puede parecer desalentador con la idea de «nada nuevo bajo el sol» en nuestras mentes. Pero si mantenemos la curiosidad, aprender cosas nuevas resulta natural. Las cosas nuevas no siempre tienen que ver con la iglesia o con el liderazgo; permanecer abierto a una conciencia más amplia siempre mejora su liderazgo.

Desaprender cosas que hemos conocido.
Leí un libro de Adam Grant titulado Think Again (Piensa de Nuevo). Me abrió los ojos la idea de desaprender ideas que no son ciertas, o que no son precisas, y mantener nuestra mente abierta a una perspectiva más precisa. Por ejemplo, a medida que avanza la ciencia médica, desaprendemos lo que antes considerábamos la mejor práctica y adoptamos información más precisa (que a menudo salva vidas).

Volver a aprender cosas que sabemos, pero a un nuevo nivel.
Esta es la necesidad más común. Disponemos de una amplia base de habilidades de liderazgo, desde la comunicación hasta el reclutamiento y desde la gestión de conflictos hasta la capacitación de nuevos líderes, y muchas otras. Pero debemos reaprender constantemente las habilidades de liderazgo que ya conocemos a niveles más altos, complejos y matizados a medida que la cultura cambia y nuestras iglesias crecen.

Adquirir sabiduría para aplicar lo que sabemos.
Por último, hay muchas cosas que ya sabemos pero que no practicamos. Sé que es mi caso. ¿Y usted? ¿Qué sabe que aún no ha puesto en práctica?

Este es un vistazo rápido al proceso general, y aquí hay cinco maneras específicas en las que puede concentrarse en cómo hacer crecer su liderazgo.

5 grandes maneras de hacer crecer su liderazgo:

1) La forma más rápida de hacer crecer su liderazgo es resolver problemas.
El líder que puede ver y resolver problemas siempre será necesitado. Los líderes que pueden identificar claramente y resolver problemas complejos que otros no pueden ver o resolver, llevarán a las organizaciones más consistentemente hacia avances y hacia nuevos territorios.

Los problemas son muy variados, desde los conflictos relacionales hasta los déficits financieros, y desde la claridad de visión hasta la unión del equipo.

Primer paso: identificar claramente el problema.

Puesto que los problemas no tienen fin, el siguiente paso es saber qué problemas resolver y cuándo. Puede sorprenderle que los mejores líderes sepan qué problemas ignorar. Resuelva los grandes y los pequeños se solucionarán solos.

Resolver problemas genera impulso y el impulso es una de las mejores ayudas que tenemos para resolver los problemas a los que nos enfrentamos. (A menudo se dice que el impulso es el mejor amigo de un líder).

2) La forma más inspiradora de hacer crecer su liderazgo es proyectar una gran visión.
La inspiración no es una responsabilidad que recaiga únicamente en el líder máximo, todos los líderes debemos inspirar, cada uno a nuestra manera.

Los estilos más comunes de inspirar a los demás son la relación, la competencia, la pasión, la estrategia y el coaching. ¿Cuál es el suyo?

El propósito general de la inspiración es motivar a las personas a las que servimos para que abracen la visión que Dios nos ha dado. Así es como los animamos a superar sus zonas de confort y abrir sus corazones a nuevas posibilidades.

Una gran visión es clara, convincente y centrada en un futuro mejor basado en la verdad y las promesas de Dios.

Ya sea que dirija toda la iglesia, un campus, un departamento o un grupo pequeño, la visión siempre comienza en su corazón, con la carga de ver algo mejor para las vidas de las personas a las que sirve. Ese fuego es lo que da vida a la inspiración.

3) La forma más duradera de hacer crecer su liderazgo es mantener un carácter digno de confianza.
El viaje del liderazgo es largo para la mayoría de nosotros, incluye errores, contratiempos y algunos fracasos, pero un carácter digno de confianza nos mantiene en el juego a largo plazo.

El carácter aporta validez al liderazgo espiritual, cuanto más se nos pone a prueba y demostramos que somos dignos de confianza, más crece nuestro liderazgo.

Los líderes de gran capacidad son descalificados por una falta de carácter. Las razones son diferentes, pero los patrones son los mismos. Cosas como el hambre insaciable de más, el orgullo, las prácticas malsanas de alivio de la presión y la envidia pueden acabar con nosotros.

La meta de crecer como líder no es la perfección, sino la autenticidad, la humildad y el compromiso de seguir creciendo como líder en formas que agraden a Dios y ayuden a la gente.

Un corazón genuino para ayudar a la gente siempre hace crecer su liderazgo.

4) La manera más expansiva de hacer crecer su liderazgo es desarrollar a otros líderes.
Cualquier gran visión requiere más y mejores líderes para verla hecha realidad. Jesús comenzó con 12, y es increíble donde estamos ahora. ¿Cómo está su iglesia desarrollando líderes para hacer avanzar la causa de Cristo?

Pocas inversiones de su tiempo y energía harán crecer su liderazgo y expandirán su alcance más que levantar y desarrollar nuevos líderes. El desarrollo de líderes es el gran multiplicador del liderazgo.

Si no tiene mucha experiencia en el desarrollo de líderes, hágalo sencillo. Encuentre un aprendiz y enséñele lo que usted sabe. Puede empezar esta semana.

Ore sobre quién podría ser esa persona. Un cristiano maduro, sirviendo fielmente en el ministerio, que ama a Dios y a la gente. Ese es un buen punto de partida. Luego hágase preguntas como ¿son buenos con la gente? ¿Poseen un carácter sólido y competencia?

No busque una persona perfecta. Ninguno de nosotros cumpliría los requisitos. Empiece con quien Dios ha puesto en su círculo de relaciones y responsabilidades. Tal vez lean juntos un libro sobre liderazgo, pero lo más importante es que practiquen el liderazgo.

5) La mejor manera de hacer crecer su liderazgo es amar a la gente.
El mayor regalo que podemos dar es el amor de Dios.

Aprendemos a cuidar de las personas, a pastorearlas, a sacrificarnos y a amar incondicionalmente a partir del ejemplo que Dios nos ha dado.

Amar a alguien no significa guiarlo, pero guiar a alguien sin amarlo es vacío, nulo y no tiene sentido. Tenemos que querer lo mejor para aquellos a los que guiamos.

El amor puro, simple e incondicional es la mejor manera de hacer crecer su liderazgo. Requiere los demás elementos, pero sin eso, no somos más que «un metal que resuena o un platillo que hace ruido».

Mi oración es que las cinco maneras de hacer crecer su liderazgo sean un estímulo para usted y le proporcionen un plan simple y literalmente para toda la vida.

Derechos de Autor © 2024 Dan Reiland

Traducido por: Elizabeth Guevara Cabrera