2 Reyes 6:17 (RVR1995) “Y oró Eliseo, diciendo: «Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea.» Jehová abrió entonces los ojos del criado, y éste vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo”.
Para sobrevivir a una crisis y salir victorioso de ella, hay que hacer ajustes en nuestra manera de pensar, es decir, hay que reenfocar la vida con respecto a la situación que estamos pasando. Muy pocas personas lo logran, la mayoría se va a extremos, como puede ser un miedo que llena de ansiedad y de angustia, ante la incertidumbre de lo que pasará, y en este tiempo al contagio.
En el caso de la pandemia que estamos sufriendo hay mucho susto, pero también enojo. Algunas veces, cuando tenemos conflictos con alguien, nos metemos en el pensamiento: “yo tengo la razón”, nos enojamos y pensamos como “me hicieron daño” etc., ante esta situación, algunos se retraen y se encierran en su temor, muchos se paralizan o se enferman, otros se retraen en su enojo y pueden llegar a amargarse.
Por el lado contrario, otros desarrollan una falsa seguridad y piensan “yo estoy bien”, y eso les hace ser imprudentes y tomar decisiones absurdas contra toda lógica científica, tal es el caso de algunos personas inmaduras o jóvenes que rompen la reglas sanitarias impuestas por las autoridades, siguen haciendo lo que quieren, sin pensar en los demás, de alguna manera su egoísmo les impide pensar en ser solidarios, siguen con su vida como si nada pasara y con la idea de “a mí no me pasará nada”, sin embargo, pueden ser un peligro para los demás, o simplemente no asumen su cuota de responsabilidad, lo que también es incorrecto, sobre todo, cuando entramos en las crisis de relaciones, sea con la familia, los amigos, el trabajo, etc.
Entonces ¿qué es lo que nos llevará a salir victoriosos de la crisis? El texto bíblico de 2 Reyes, nos da ideas para un cambio de pensamiento:
- No debemos evadir lo que pasa o pasó. Aunque no lo deseamos, es real, hay que enfrentarlo y cuanto antes, mejor.
- Reconocer que no lo podemos resolver nosotros solos, esto porque cuesta cambiar nuestras creencias, pensamientos e ideas, sean estas ciertas o no, siempre estarán influyendo en nuestras acciones. Qué difícil se hace lidiar con esto, por eso continuamos con el paso número 3.
- Debemos pedir ayuda por medio de la oración. Orar es entregar a Dios nuestros temores, enojos, inmadurez, problemas y cualquier situación que estemos viviendo.
- Hacer una oración de renuncia y así dejar que Dios tome el control. Soltar lo que sentimos es renunciar a nuestro yo, para aceptar lo que Él quiera. Esto cambia nuestro enfoque, porque nos lleva a someternos en obediencia, renunciando aún a los derechos que como personas tenemos. Por esto, le llamo reenfocar nuestra forma de ver las cosas, a como Dios quiere que veamos.
Si haces estas cosas saldrás victorioso de cualquier crisis o situación de conflicto. Mi oración es que Dios abra tus ojos para que veas.
Que Dios te ayude en todo lo que emprendas hoy.
Dr. Miguel e Irene Garita, ministerio Cuidado Familiar, Iglesia del Nazareno Mesoamérica.